El concepto de gestión educativa alude a la dimensión formativa que pueden contener las prácticas de dirección y coordinación ya sea de equipos de trabajo, proyectos u organizaciones; va más allá de una noción de la gestión asociada a la administración e implica centrar las prácticas de gestión en las personas, los procesos y el aprendizaje. Desarrollar un estilo de gestión asociado con éste enfoque resulta una competencia indispensable para cualquier profesional de la educación, ya que independientemente del ámbito en el que este se desarrolle, tendrá la función de coordinar proyectos, equipos de trabajo u organizaciones.