Meditación caminando

| 27 abril, 2020

MNH. Lalis Elisa Osuna Sánchez

La meditación caminando ayuda a enfocar la mente. En el siguiente video te muestro como realizarla: https://bit.ly/2VrcBAi .

Visita al Tecnológico de Tepic por parte del equipo de PAP-Innovación para la salud

Edgar Jair Mendivil Rangel | 23 abril, 2020

Como parte de las actividades del proyecto se contempla el desarrollo de un suplemento alimenticio a base de compuestos funcionales para reducir los niveles de colesterol y trigliceridos en la sangre de adultos con obesidad. Los alumnos que participan en este desarrollo forman parte de la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos, y de Ingeniería en Biotecnología.

Parte de este desarrollo tecnológico se esta haciendo en colaboración con el Tecnológico de Tepic, liderando el equipo por la Dra Sonia Sáyago Ayerdi quien participan también en los programas de posgrado de la Maestría en ciencias en alimentos y el doctorado en ciencias en alimentos, ambos programas miembros del PNPC del Conacyt.

Con-vivir en tiempos de COVID-19

Liliana García Ruvalcaba | 7 abril, 2020

Cuando decimos vivir juntos caracterizamos estas relaciones y entonces hablamos de convivencia participativa, inclusiva, pacífica.

Hablar de convivencia es hablar de prácticas relacionales, de hacer vida en común en procesos cotidianos, es decir, la convivencia es propio de nuestra naturaleza, somos seres convivenciales. Y dichas relaciones no ocurren en el vacío si no en un lugar y tiempo. En estos momentos las circunstancias de crisis de salud mundial nos presentan particularidades que generan tensiones así como oportunidades en nuestras prácticas de convivencia.

Vivimos algo nuevo para la mayoría, experimentamos incertidumbre. Nuestra pérdida de control nos tensa y podemos sentir miedo. La sobre abundancia de información e incluso información contradictoria, las posiciones distintas sobre lo que hay que hacer o no hacer, genera también confusión y dudas. Lo que sabíamos, lo que teníamos, lo que hacíamos está cambiando. Nos podemos sentir amenazados.

La pandemia nos recuerda con una claridad avasalladora que el cuidado de sí y del cuidado del otro son fundamentales para la con-vivencia. La interdependencia entre ambos se hace tangible en este momento en el tema de la salud, de la vida humana.

¿Qué oportunidades de aprendizaje en torno a la convivencia se generan para todas y todos frente a la pandemia del coronavirus? incluidos por supuesto nuestros niños y jóvenes.

Sí informar pero no alarmar. Sobre todo compartir aquella información que contribuya al cuidado de sí y de los otros más que al miedo.
El cuidado también es escuchar(nos), estar atento, sobre lo que siente el otro y sobre lo que siento yo. Dialogar en torno a ello es útil, de manera que se sienta la confianza de expresarse y se de la base para la comprensión mutua. Esto es una manera de esforzarnos en cuidar el estado emocional de todas y todos.
El diálogo en torno a la información que se difunde, a las propias ideas y creencias, abre la posibilidad de analizar esta información, revisar su sustento, con ello se practica la tolerancia, el respeto y el pensamiento crítico. Revisemos y por ejemplo acciones como la no atención al distanciamiento social o aislamiento en nuestras casas, el acaparamiento de bienes, así como los actos de ayuda y organización social. En crisis hay muestran de individualismo, egoísmo, falta de responsabilidad, polarización, así como de solidaridad, generosidad, creatividad.
El confinamiento es oportunidad para organizar actividades en el hogar sobre la base de la colaboración de todos para el bien común; por ejemplo es necesario mantener la casa limpia, y hacerlo en condiciones de equidad en la distribución de tareas domésticas. Es pues la situación una oportunidad para generar o reforzar la participación de todos los que vivimos juntos, aprender nuevas cosas de la vida práctica que comúnmente no se aprenden en la escuela. Acordando tiempo de trabajo, tiempo de esparcimiento, practicando la toma de decisiones de manera participativa en esto de organizarse en casa. Acordar juntos la reglas de convivencia: ¿quién hará quién? ¿cada cuánto?
El confinamiento implicará también conflictos, que son propios de la vida social, porque somos distintos, porque siempre hay relaciones de poder en tensión. El manejo de éstos para que prive la solución pacífica es también una oportunidad para aprender a convivir.
Tenemos un escenario que se presta para modelar prácticas solidarias, de cuidado de los otros, de todas y todas pero sobre todo de los más vulnerables. La posibilidad de contribuir a la construcción de redes de apoyo extendidas está ahí. Esto es, que nuestro cuidado vaya a una escala más comunitaria. Los niños también pueden participar o idear maneras. Preguntémonos ¿qué podemos hacer por el otro o la otra persona? Los niños por ejemplo, se pueden sumar al cuidado de los abuelos o a otros adultos mayores enviando un mensaje, llamándoles diariamente para que se sientan acompañados. Podemos consumir bienes que contribuyan al comercio local, hacer el supermercado por mu vecino, enseñarle a otro algo que tú sabes, quien tenga trabajadores apoyarlos para que puedan cuidarse y estar con sus familias.

La crisis también nos está mostrando formas creativas y nuevas de expresión de solidaridad. Mostrémoslas, para ir haciendo que tengan resonancia y que nos ayuden a despertar la imaginación de nuevas. Los vecinos que se alegran y animan unos a otros a través del canto de balcón a balcón; músicos que hacen conciertos caseros y aprovechan las tecnologías para ello, abuelas que cosen cubrebocas, makers que diseñan respiradores a bajo costo, jóvenes que ponen sus capacidades y recursos e imprimen y distribuyen caretas para proteger a médicas y enfermeros en hospitales y clínicas (un ejemplo en nuestro estado es el que han conformado Voluntarios Jalisco vs. Covid-19). Algunas de estas formas implican conocimiento colectivo, como las aplicaciones creadas a través de código abierto en momentos de crisis. Estas formas nos ayudan a reconocer el poder esperanzador de «hacer juntos organizadamente por causas compartidas» y nos enseñan que cada quien y todas y todos, desde nuestra trinchera, podemos hacer algo para mejor con-vivir.